El Borussia de Klopp (2013) y el de Hitzfeld (1997)








07/05/2013

En 1997 el Dortmund llegó a la final de la Champions y la ganó

16 años después, vuelve a disputar una finalísima de la Champions League. La gran generación actual quiere pasar a la historia al igual que la de 1997. En aquel entonces, el Borussia Dortmund llegó, por primera vez, a una final de la gran competición continental y se coronó en la cúspide tras imponerse a la Juventus por 3-1.

Similitudes entre Hitzfeld y Klopp

En la campaña 1991/92, un entonces desconocido Ottmar Hitzfeld se hizo cargo del Dortmund y, bajo su dirección, el club creció hasta cotas inimaginables. Algo parecido ha sucedido con Klopp. Llegó al banquillo en la 2008/09, diseñó un conjunto campeón que ha ido a más y ha hecho historia en Alemania y en Europa. Ambos técnicos cogieron al BVB inmerso en un mal momento, lo reflotaron y lo han llevado a la gloria. También existe la similitud de que el proceso en ambos casos se ha cocido a fuego lento a largo de diversos años, en los que se ha experimentado una progresión ascendente.


DORTMUND DE MEDIADOS DE LOS NOVENTA

Con Hitzfeld se pasó de estar a mitad tabla a quedar segundo y, en la 1992/93 se llegó a la final de la Copa de la UEFA. La Juventus se impuso por 6-1 en el global (ida y vuelta) y el Borussia probó el trago amargo. Cuatro años después llegó la ‘vendetta’ ante los italianos en la final de la Champions. Este Dortmund también ganó una Intercontinental (1997/98) y dos Bundesligas (1994/95 y 1995/96). Dichos títulos engalanaron las vitrinas de prestigio y la afición se llenó de gozo espoleando a sus ídolos. Eran los tiempos de Sammer, Möller, Köhler, Chapuisat, Paulo Sousa, Klos y Riedle... Un equipazo en toda regla.

Once de 1997

Utilizaba el clásico sistema alemán de los noventa. Un 5-3-2 con un líbero, dos centrales, dos carrileros, dos mediocentros, un mediapunta y dos delanteros. La filosofía de Hitzfeld se basaba en la firmeza defensiva, la disciplina táctica y el juego directo. Ante todo, abogaba por un juego veloz y vertical para pillar desprevenidos a los rivales.

Matthias Sammer y Andreas Möller se erigían en las estrellas de este equipo. El primero, desde el puesto de libero, ejercía de muro defensivo y ordenaba a la retaguardia. Formaba una gran línea defensiva junto a Kree y Kohler, otro de los baluartes defensivos del fútbol alemán. Sammer fue premiado con el Balón de Oro en 1996, año en el que ganó la Eurocopa con Alemania siendo pieza clave de dicho éxito. Por otra parte, Möller se encargaba de catalizar el juego ofensivo. Contaba con mucha visión de juego, conectando con eficiencia el centro del campo y la delantera. Además poseía llegada, de ahí que siempre se prodigara en la lista de máximos goleadores.

Stéphane Chapuisat también tenía un papel destacado. Era uno de los mejores arietes de aquel momento, tal y como lo demuestra el hecho de que figure en la lista de los mejores goleadores que han pasado por la Bundesliga. Formaba pareja atacante junto a Riedle, héroe de la final de 1997 al marcarle dos tantos a la Juventus. Ambos iban bien por alto, beneficiándose de los centros que Reuter y Heinrich ponían por las bandas. Los dos carrileros tendían a pisar la línea de fondo y aportaban mucha profundidad.




DORTMUND ACTUAL

Desde su llegada, Klopp ha apostado por un modelo idéntico al de la selección alemana. Al estilo tan físico alemán, le ha añadido un toque de fútbol vistoso y ofensivo que ha situado al Borussia entre los conjuntos que mejor juego práctica. En su primera temporada al frente, sacó un billete para disputar la Europa League y, en la 2010/11, dio la sorpresa al ganar la Bundesliga contra todo pronóstico. Los éxitos venideros ya no extrañaron. En la pasada temporada, el BVB consiguió el primer doblete de su historia (Bundesliga y Copa) y, en esta, ha subido otro peldaño. Wembley podría coronar al Dortmund como campeón de Europa si derrota al Bayern Múnich en la final.

Cabe reseñar que esta plantilla ha sido forjada, principalmente, con fichajes prometedores a bajo coste. Exceptuando Reus, que llegó el pasado verano del Mönchengladbach a cambio de 17,5 millones de euros, el resto ha costado menos de 10 millones por cabeza. Se fueron Kagawa y Sahin (este volvió el pasado mes de diciembre) y se fichó a Gündogan y se le dieron galones a Götze. El resultado a la vista está, demostrando que la dirección deportiva ha sabido sobreponerse a la perdida de piezas importantes. El gran acierto en los fichajes se une a un buen trabajo en la cantera, desde donde han dado el salto Götze, Schmelzer y Sahin.

El conjunto de Klopp ha escrito una página de oro y está a un paso de igualar al mejor Borussia de la historia. Para conseguirlo, deberá levantar la Champions tal y como ya hiciera su antecesor. Si no lo consigue, de todos modos, el mérito de llegar hasta la final no se lo va a quitar nadie. El éxito por ello, ya de por sí, es enorme.

Once de 2013

De las paradas de Klos a las de Weidenfeller. De las subidas de Reuter a las de Piszczek. De la contundencia de Sammer a la seguridad de Hummels. Del temple de Paulo Sousa al toque sutil de Gündogan. De la clase de Möller al último pase de Götze. De los goles de Chapuisat a los de Lewandowski. Pasado, presente y futuro. Los integrantes del viejo Dortmund han encontrado unos dignos sucesores.

Klopp ha dibujado un 4-2-3-1 en el que los laterales no dejan de subir la banda. Sobre todo Piszczek que, desde la derecha, actúa más bien como extremo. Hummels y Subotic forman una notable pareja de centrales. El primero aporta salida desde atrás y el serbio, seguridad en el juego aéreo. Muy interesante la aparición de Gündogan, la enésima joya del fútbol alemán. Distribuye con mucho criterio y de sus botas se destila mucho fútbol. En línea de tres cuartos, movilidad constante. Kuba parte de derecha, Reus de izquierda y Götze del centro. Sin embargo, los tres se cambian constantemente de posiciones, algo que facilita una mayor complicidad en el juego ofensivo. 




Al Borussia de 1997 lo lideraban Möller y Sammer. En el actual llama la atención el tridente formado por Lewandowski, Götze y Reus. Este último aporta desborde, Götze magia y el polaco, gol. Lewandowski está de moda. Hace dos años era suplente, la pasada campaña se hizo con la titularidad y metió 22 tantos. En esta, le ha llegado el unánime reconocimiento internacional. Saltó a primera plana mundial después de marcarle 4 goles al Real Madrid en las semifinales y ahora amenaza al Bayern Munich. En Dortmund sueñan con ganar la segunda ‘orejona’. El Bayern parte como favorito. También lo era la Juventus en 1997 y cayó. ¿Se repetirá la historia?



Manuel Monfort Marzá
Redactor de Fútbol - MotivaGoal
manuelmonfortmarz8@gmail.com
Twitter: @manuelmonfort
http://tocando-laspelotas.blogspot.com.es/


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