La otra cara del deporte: El caso Yago Lamela

Desde que nos dimos a conocer, MotivaGoal siempre ha querido transmitir a sus seguidores la actualidad en el mundo del deporte y de sus principales protagonistas, los deportistas. Siempre hemos apostado por transmitir sus éxitos, sus anécdotas, en definitiva la actualidad deportiva mostrando un perfil positivo y transmitiendo la cara buena del deporte. Pero también queremos informaros que no es oro todo lo que reluce en el deporte y que éste también tiene otra cara,y no tan agradable, hablamos del caso del deportista Yago Lamela.

Yago Lamela, nacido el 24 de julio en Avilés de 1977, fue un grandísimo atleta especializado en las modalidades de triple salto y salto de longitud, siendo ésta última la especialidad donde triunfó y donde consiguió todos sus éxitos deportivos:

  • Campeonatos Mundiales de Atletismo 2003 - Medalla de bronce
  • Campeonatos Mundiales de Atletismo Indoor 2003 - Medalla de plata
  • Campeonatos Mundiales de Altletismo 2002 - Medalla de bronce  
  • Campeonatos Europeos Indoor de Atletismo 2002 - Medalla de plata
  • Campeonatos Mundiales de Atletismo 1999 - Medalla de plata
  • Campeonatos Mundiales de Atleismo Indorr 1999 - Medalla de plata
  • Campeonatos Iberoamericanos 1999 - Medalla de oro
  • Campeonato de Europa sub-23 1999 - Medalla de oro   

Se retiró oficialmente del mundo del deporte el pasado 11 de Marzo del año 2009, aunque realmente ya a finales del 2004 desapareció, desgraciadamente, de la élite deportiva por sus numerosas y continuas lesiones. Su mejor momento llegó cuando apenas tenía 22 años y estuvo a punto de conseguir el oro en los Mundiales de 1999 en Maebashi, Japón. Realizó un excelente salto de 8’56, superado sólo por el mítico atleta cubano Iván Pedroso, que saltó 8’62, marca que le serviría para llevarse el oro. Fue en este instante cuando Yago se hizo grande y con esta marca empezaron cuatro años de grandes éxitos. Desgraciadamente, no pudo demostrar su valía en los Juegos Olímpicos, ni en Sídney donde tuvo una discreta actuación y no se clasificó para la final, ni tampoco en Atenas 2004, a pesar que en esta ocasión si logró clasificarse para disputar la final y optar a medallas.

AÑO 2004, EL PRINCIPIO DEL FIN
 Yago había terminado el 2003 con la mejor marca del año, 8’53 metros, y eso le auguraba una brillante participación en los Juegos Olímpicos de Atenas.
Un día, tenía que dar una exhibición en su pueblo natal, Avilés, delante de sus incondicionales en una pista construida especialmente en su honor. Era como un entrenamiento más para él de cara a prepararse para la gran cita olímpica y de paso estrenarse delante de su público. Todo parecía estar en un marco inigualable pero se fue todo al traste. Yago sintió unas molestias en el tendón de su tobillo de la pierna de batida, la que le soporta todo el peso y que le permite impulsarlo, un golpe en el sitio más doloroso para un deportista de sus características.

En un primer momento se pensaba que sólo era un susto, un pequeño golpe que con 10 días de reposo sería suficiente para volver a la actividad diaria de un deportista de élite, pero desgraciadamente no fue así y ese fue, sin que nadie se lo pudiera imaginar, el origen del fin de un gran deportista que para entonces sólo tenía 26 años.

El dolor era constante, no le desaparecía y su preocupación iba en aumento cada día que pasaba. La cita olímpica estaba a la vuelta de la esquina y él tenía la mejor marca del año, era uno de los grandes favoritos para llevarse una medalla en la modalidad de salto de longitud. Yago forzó la máquina al máximo, no quería perderse esa gran cita y siguió entrenando con dolor, y llegó a competir toda la olimpiada anestesiado para poder soportarlo. Sin duda una prueba de superación y de alguien que ama a su profesión. Nunca pudo saltar más de 8 metros cuando tenía la mejor marca del año en 8’53, pero estuvo allí hasta el final y se llevó al menos la medalla al espíritu olímpico. 

Posteriormente, después de la participación olímpica, se fue a Finlandia para ponerse en manos de un especialista para intentar reconducir su carrera deportiva ya que no veía el final del túnel. El especialista, llamado Sakari Orava, era un prestigioso cirujano en el cual el asturiano depositó todas sus esperanzas. El primer diagnóstico quedó en una recuperación no superior a los seis meses pero realmente no fue así, y en un periodo de dos años se volvió a operar de la misma lesión cuando todavía ni siquiera había podido reaparecer desde Atenas 2004.

Nos situamos ya en el año 2006, Yago se opera 2 veces del tendón del tobillo, esta vez su recuperación parece que va por el buen camino, su reaparición anda cerca, muy cerca, incluso se llega a anunciar en los periódicos de mayor tirada nacional, es portada en muchos de ellos, pero desgraciadamente ocurre lo peor. Yago se rompe los dos tendones, ya con 29 años y con 2 años largos sin competir, un golpe durísimo para él sin duda. No tiró la toalla y viajó otra vez a Finlandia a operarse sabiendo que tenía pocas esperanzas a salir de aquel agujero negro deportivo en el cual se encontraba, y desgraciadamente fue así, pese a tener todas las ilusiones del mundo de volver a competir y sabedor que otra cita olímpica le podía esperar, Pekín 2008, no pudo ser. El golpe definitivo a su carrera precisamente sucedió ese año olímpico, Yago se rompe un gemelo y ya no le quedan fuerzas, lo intentó todo, sin cesar, pero la mala suerte le perseguía en forma de graves lesiones cuando estaba a punto de reaparecer y no le quedo más remedió que anunciar su definitiva retirada. Ese día el deporte español estaba triste, ese 11 de Marzo del 2009, con 32 años, Yago dijo basta. Para el recuerdo, siempre tendrá en su espíritu el ser el mejor saltador de longitud español de todos los tiempos.

SU VIDA FUERA DEL DEPORTE
Yago, fuera del deporte, tenía tres pasiones: la aviación, la informática y la música electrónica. Eligió la aviación y se inscribió en un curso de piloto de helicópteros en Cuatro Vientos, Madrid y cuando ya acumulaba un buen número de horas de vuelo, la escuela quebró. Yago volvía a quedarse en tierra. 

El año pasado intentó remontar el vuelo en Estados Unidos, en Iowa. Estuvo allí hasta el verano pasado, cuando regresó a Avilés con intención de retomar sus estudios en el curso que ahora termina pero no pudo ser, su estado anímico no pasaba por un buen momento y no pudo completar sus estudios.
Recientemente, como sabéis, ha sido noticia en muchos periódicos por su ingreso en un centro hospitalario en su localidad natal, Avilés, para tratarse de una depresión de la cual ha empezado a tratarla y a ponerle freno. Estamos seguro que Yago saldrá adelante y que en un futuro no muy lejano podrá seguir trabajando, estudiando y en definitiva podrá seguir disfrutando de la vida como se merece. Ánimos y mucha suerte, Yago.


Por:  Josep García Vidal


Fotos: sportingheros.net, Agencia EFE

Este reportaje ha sido patrocinado por: 



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