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Biografía de Alfredo Di Stéfano

Repasamos la vida profesional de Alfredo Di Stéfano en esta completa biografía. Contiene sus inicios en River Plate y Millonarios, la historia de su fichaje, la tremenda influencia en el Real Madrid de las cinco Copas de Europa, su secuestro, su trayectoria como entrenador...

Reporte Especial: Diego Armando Maradona

Repasamos la carrera del crack argentino. Conoce sus inicios, sus éxitos y sus retos más difíciles a lo largo de su trayectoria profesional.

Especial Maradona. Capítulo 2: La consagración en Europa



LA FRUSTRACIÓN DEL FC BARCELONA

“Yo hoy creo que el Barcelona era un club para mí, de verdad. El mejor club del mundo, mejor incluso que la Juventus pero yo no conocía la idiosincrasia de los catalanes y no me imaginaba tampoco que me iba a encontrar a un presidente como José Luís Núñez.”

El Barcelona mostró interés por Diego Maradona cuando aún jugaba en Argentinos Juniors. En 1978 era imposible imaginar la salida del jugador del país ya que la dictadura militar y la Asociación de fútbol (AFA) no veían con buenos ojos su partida antes del mundial de España 82. El equipo catalán tuvo que esperar cuatro largos años para fichar a un joven de 21 años por el que pagó 1.200 millones de pesetas, cifra récord en el fútbol mundial de la época.

“En realidad fue una etapa complicada, oscura y difícil. Pasé de jugar en un fútbol tranquilo a jugar a otra cosa. Al principio no la agarraba de ningún lado. En los entrenamientos te pegaban patadas en la boca. El cambio de la técnica a la furia fue muy fuerte. ¡Ellos corrían y yo tocaba! Y yo no me iba a acostumbrar a eso: correr, correr y correr.”

En España, Maradona descubrió un estilo de juego muy duro y muy físico. Tuvo que adaptarse y encontrar una alternativa útil para jugar sin morir en el intento. Se hizo fuerte, entrenó para adquirir potencia física y al conseguirlo empezó a frenar a sus compañeros con la pelota. Diego marcaba el ritmo y les trasmitía la técnica manteniendo la furia.

Su primer partido oficial con el Barcelona fue el 4 de septiembre de 1982 perdiendo con el Valencia por 2-1. Dos meses después de su debut con quince partidos jugados y seis goles en su haber le detectaron una hepatitis que le mantuvo alejado de los campos tres eternos meses.

“La hepatitis me la descubrieron el jueves 15 de diciembre de 1982. El tobillo me molestaba y fui a ver al doctor. Cuando entré a la clínica el médico en vez de mirarme el tobillo me miró los ojos y me sacó sangre. Me fui a casa todo asustado. Al otro día apareció uno de los médicos del Barcelona dando muchas vueltas para decirme algo. Yo estaba cada vez más nervioso hasta que por fin me dijo que tenía hepatitis. Y me mató. Me encerré en casa. Para las fiestas la única alegría que tuve fue saber que el “flaco” Menotti sería el entrenador”.

Cuando Maradona llegó al Barcelona el equipo tenía como míster al alemán Udo Lattek, el hombre con más prestigio de la historia del fútbol de su país pero su concepción bélica del fútbol no comulgó con el estilo Maradoniano quien no soportó su exigente ritmo de trabajo con pelotas muy duras o con la norma de levantar temprano a los jugadores para salir a caminar. La llegada de Menotti cambió el estilo de juego, las costumbres y la relación más cercana con el equipo.

El regreso de Maradona fue el 12 de marzo de 1983 coincidiendo con el debut de Menotti en un partido contra el Betis. El equipo no pudo aspirar a la Liga y se tuvo que conformar con un cuarto puesto. Fue entonces cuando hizo un final de temporada increíble conquistando la Copa del Rey y la Copa de la Liga ante el Real Madrid con un gol de Maradona de película.
El 24 de septiembre de 1983 marcó un capítulo especial en la vida del crack argentino. En el Camp Nou se enfrentaron los locales y el Athletic en un partido correspondiente a la cuarta jornada de la liga. El Barcelona ganó por 4-0. En el minuto 59, Maradona sufrió una durísima entrada de Andoni Goikoetxea provocándole la rotura del tobillo de la pierna izquierda.
“Yo no lo vi venir en la cancha. Si no, lo habría esquivado, como tantas otras veces ante otras patadas. Sentí el golpe, oí el ruido, como de una madera que se rompía. Con el tiempo lo perdoné a Goikoetxea. En aquella época los hinchas del Barcelona decían que era un asesino y yo no los contradecía. El diario Marca sacó un título perfecto: Prohibido ser artista. Era una buena síntesis ya que yo era algo así como la bandera de los que se divertían con la pelota.”
La operación la hizo el doctor González Adrió y se le diagnosticó un período de recuperación de hasta seis meses. Gracias a la intervención magistral del doctor Rubén Oliva, médico de confianza de Maradona, el diez reapareció en tan solo tres meses y medio. Finalmente solo pudo jugar 16 partidos y marcar once goles en la temporada.

La final de la Copa del Rey por segundo año consecutivo, cerró el capítulo negro de Diego en el Barcelona. El enfrentamiento ante al vigente campeón de Liga, el Athletic y el reencuentro con Goikoetxea  tras la lesión provocó tensión, insultos varios en los días previos y una batalla campal al término del partido ganado por los vascos. Maradona y otros compañeros fueron sancionados por la Federación. La sanción a Diego fue de tres meses sin poder jugar en las competiciones españolas.

La mala relación con el presidente José Luís Núñez y la sanción decidieron al Barcelona aceptar la oferta del Nápoli por 1.185 millones de pesetas.


“Después del escándalo, me decidí definitivamente y pegué un portazo. Del otro lado dejé un contrato en blanco, que me ofrecía el vicepresidente Joan Gaspart: Pon la cifra, me decía. De atrás, Cyterszpiller me susurraba: Dale, dale, ponela y nos quedamos... Yo le dije muchas gracias y me fui. No tenía ni idea hacia donde.”

Vídeo: Maradona en el FC Barcelona


LA EXPLOSIÓN EN EN NAPOLI

“En el 79, cuando todavía estaba en Argentinos, el Nápoli ya me había venido a buscar. Para mí, Napoli era algo italiano como la pizza y nada más. Lo curioso es que años después, cuando me vinieron a buscar a Barcelona seguía sin saber mucho más de ellos. Yo quería irme de España, cambiar de aire y jugar un campeonato entero. El único equipo que se preocupó por mí fue el Nápoli y allí me marché con el sueño de la resurrección.”


El Nápoli era un club con trofeos y victorias que solo recordaban los aficionados más ancianos, un equipo de una ciudad difícil que luchaba por hacerse un lugar en el mundo del fútbol y en la sociedad italiana que los trataba de pobres por ser procedentes del sur. Con ilusión compraron a un joven de 23 años incontenible fuera y dentro del campo que se convertiría en el ídolo de la ciudad y que conseguiría para el club logros impensados obteniendo el respeto y la admiración del mundo entero.

“El día de la presentación, y sólo para verme, ¡fueron 80.000 napolitanos al San Paolo! Fue el jueves 5 de julio de 1984. Cuando bajé por las escaleras del túnel me temblaban las piernas. Sabía que me estaba jugando la vida, que empezaba de nuevo, en un lugar que tenía mucho que ver conmigo. Por eso le dijo a los periodistas algo que me salió del corazón: quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres, porque son como era yo cuando vivía en Buenos Aires.”

El primer año de Maradona en el club fue bueno en el plano individual consiguiendo 14 goles que sirvieron para amortizar su compra pero el equipo no consiguió pasar de la zona media de la tabla.

“En la primera rueda sacamos ¡nuevos puntos! Una vergüenza. Peleábamos con el Udinese por el descenso. Por suerte ganamos. Después de las fiestas empezamos a sumar, nos quedamos fuera de la UEFA por dos puntos. Yo le dije al presidente Corrado Ferlaino: compre a tres o cuatro jugadores y venda a los que la gente silba. El termómetro suyo tiene que ser ése. Cuando yo le doy una pelota a uno y lo silban, chau. Y si no, piense en venderme porque yo así no me quedo. Cómpreme un par de jugadores. Me hizo caso y lo fuimos armando así.”

Para la segunda temporada 85-86 llegaron al club jugadores como Alessandro Renica el portero Claudio Garella que se caracterizaba por atajar con los pies y Bruno Giordano.
“Cuando lo vi por primera vez a Giordano me di cuenta que era un jugador para nosotros. Jugaba en la Lazio, tocaba, se iba por la derecha, por la izquierda y yo dije este es para el Napoli. Le pedí al presidente que hiciera un esfuerzo económico, que el jugador lo valía. Con Bruno nos entendíamos bárbaro. El se tiraba más atrás y yo iba un poco más de punta. “

La sociedad Diego Maradona-Bruno Giordano aportó 21 goles para terminar terceros a seis puntos de la Juventus que ganó el scudetto y clasificarse para la Copa UEFA.

Festejamos el tercer puesto como si hubiésemos ganado la Copa de Campeones. Había llegado para nosotros el tiempo de la vendetta. Nos fuimos a festejar debajo de la curva donde estaban todos los napolitanos que nos habían acompañado. Así éramos, así era el equipo y la ciudad donde jugábamos, así vivíamos el fútbol.”

Los grandes logros llegaron en los años 1986 y 1987 cuando el fútbol, los napolitanos y Maradona se mancomunaron con el único objetivo de demostrar y demostrarse que el miedo podía desaparecer, que ganar un Scudetto era posible y que a grandes batallas, grandes guerreros. El Scudetto fue de toda la ciudad y se festejó como una conquista pero también como una liberación. Se rompieron cadenas muy duras y se terminó con años de racismo. El napolitano pudo gritar bien alto: “sí, se puede”.

“Para la gente, yo era el capitán del barco, yo era la bandera. Podían tocar a cualquiera pero a mí no”.

El Napoli comenzó con buen pie el campeonato. Subió escalones con autoridad y se ubicó en la cima de la tabla. Tras una leve pérdida de nivel, primero Inter y después Juventus acortaron distancias. La lucha final con la Juve dio emoción al campeonato que ganó en la penúltima fecha tras empatar 1-1 con la Florentina. El 10 de mayo de 1987 se convirtió en una fecha imborrable para los napolitanos.

“Ya éramos campeones cuando me enteré de un pequeño dato estadístico: sólo dos equipos habían ganado en un mismo año el scudetto y la Copa Italia, dos del norte Torino y Juventus. Así que, antes de jugar la final enfrenté a la prensa y les dije: nosotros los del sur, no somos de desaprovechar las chances. Ni en el fútbol, ni en la vida. La dejé picando y lo conseguimos.”

Maradona y sus compañeros consiguieron para el club su tercera Copa Italia (anteriormente el Nápoli había sido campeón en los años 1961/62 y 1975/76. La cuarta copa la consiguió en 2011/12 con su máxima figura Edison Cavani). La victoria fue aplastante ya que ganó todos los partidos disputados incluyendo las dos finales contra Atalanta.

La fórmula “MaGiCa” (Maradona, Giordano y Careca) fue decisiva para afrontar la temporada 1987-1988. El equipo empezó arrasando pero el declive llegó a poco de terminar. Nápoli quedó segundo y por primera vez el nombre de Maradona se vio involucrado con la camorra.

“Empezamos nuestra carrera en la Copa de la UEFA. ¡Yo me moría por conseguir un título internacional, eso me faltaba! Entonces vino la idea del cambio. Apareció el presidente del Olympique de Marsella y me ofreció todo lo que yo quisiera y mucho más como la tranquilidad de un campeonato como el francés. Era volver a empezar, lo ideal. Ferlaino me prometió que si ganábamos la copa me dejaría marchar a Francia pero no cumplió.”

El primer título internacional del Nápoli se consiguió en Stuttgart  cumpliéndose así con el gran sueño de Maradona. El segundo Scudetto fue también memorable venciendo en la última fecha de la temporada 1989-1990 a la Lazio por un gol a cero.

La alegría de ganar la Supercopa de Italia en diciembre de 1990 a la Juventus se transformó en desazón y amargura cuando el 17 de marzo de 1991 Maradona fue elegido para el control antidoping y dio positivo por cocaína. La Federación italiana le impuso una sanción de quince meses.

“Decían que los napolitanos ya no me querían más, que era peligroso que volviera. Decidí volver y dar la cara, a ver quién mentía. Se hablaba de la camorra y de la droga. Cuando volví la gente me recibió con los brazos abiertos. Me molestó mucho que Ferlaino y el club no me defendieran. Me despedí del Napoli con un gol a la Sampdoria, el 24 de marzo, un gol de penalti. Pero me fui de Italia empujado como un delincuente... Y ésa no es la mejor síntesis de mi historia allí, seguro que no lo es”.

Vídeo: Maradona en el Napoli



EL SEVILLA Y SU GUERRA PERSONAL CON BILARDO

El fichaje de Maradona por el Sevilla de Carlos Bilardo fue todo un culebrón, ya que el Nápoli se negaba a que se hiciera el traspaso. La FIFA tuvo que intervenir como mediador. El pase se hizo el 22 de septiembre de 1992 pero el debut oficial se produjo el 4 de octubre ante el Athletic Club el mismo equipo que le dejó una huella imborrable en su carrera.

Las lesiones continuas en su rodilla marcaron a fuego su tiempo en el conjunto andaluz.
“El domingo 12 de junio de 1993 jugamos contra el Burgos. De pronto noté que la rodilla se me iba. Cuando terminó el primer tiempo le dije a Carlos si me infiltraba para seguir o salía. El me dijo que me infiltrara. El médico me metió tres inyecciones. Así salí de nuevo. A los diez minutos miré para el banco y vi la chapa número diez. Bilardo me sacaba y sí le insulté de arriba a bajo como todo el mundo vio por televisión. Fui al vestuario y lo rompí todo”.

La discusión entre ellos siguió al día siguiente. “Le di una trompada nos desahogamos y nos pedimos disculpas. Se recompusieron las cosas pero ya no fue lo mismo.”


Maradona cree que su marcha del Sevilla fue pactada entre los dirigentes, el presidente Del Nido y el propio Bilardo. “Me sacaron de encima por rebelde, por no aceptar las cosas como ellos las planteaban. Lo mío con el Sevilla terminó mal, muy mal”

Vídeos: Maradona en el Sevilla FC







Sandra Vadillo
Periodista Deportiva
sandravadillo.mediapress@gmail.com
Twitter: @sandrapress

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