Setién por Valverde: belleza y riesgo



Las últimas horas han resultado un Gran Hermano en Can Barça. De la filtración al interés por Xavi Hernández, lo que hacía presagiar que Ernesto Valverde no iba a continuar, al no de Xavi; y, como colofón, el cantado despido de Valverde y el nombramiento de Quique Setién como nuevo entrenador.

Todo empezó con la derrota ante el Atlético, con remontada incluida, en las semifinales de la Supercopa. El poco crédito de Valverde se acabó con el adiós del Barça al primer título de la temporada, pese a ir líder en La Liga y estar vivo en la Champions. Vista la trayectoria, el cese se interpreta precipitado y, cuanto menos, injusto; sin embargo, las sensaciones eran contradictorias y hacían presagiar un destino incierto, con absoluta dependencia de Leo Messi.

Aun así, las formas resultan del todo cuestionables. Filtrar las negociaciones con otros técnicos antes de proceder al despido del actual denota una falta de elegancia tremenda, además de una falta de respeto hacia Valverde. Este dirigió ayer su último entrenamiento y hoy ya lo hizo Setién. Entre medias: la reunión de la junta para echar a Valverde y el retraso de dos horas anoche del anuncio del cambio de técnico. Espera, suspense, prisas… Todo muy rápido.

A Setién, mientras tanto, le ha llegado la oportunidad de su vida: dirigir a un grande. De un día para otro la vida da muchas vueltas, como él mismo ha dicho hoy en su presentación: “Ayer estaba paseando al lado de las vacas en mi pueblo y hoy estoy entrenando a los mejores del mundo”. Así es Setién. Un tipo normal, con carácter, personalidad y amante del ajedrez.

La apuesta por Setién es tan bella como arriesgada. Por un lado, su forma de entender el fútbol sincroniza a la perfección con el ADN del Barcelona. Por donde ha pasado, sus equipos han jugado un fútbol ofensivo, de toque, con presión alta y salida elaborada desde atrás... El estilo es el principal argumento por el que ha sido contratado y, con ello, el Barcelona espera recuperar la identidad que plasmó Cruyff y perfeccionó Guardiola. En cuanto a los contras, debe mejorar y trabajar la faceta defensiva (sus equipos suelen encajar con facilidad) y habrá que ver como se desenvuelve en un grande y en un vestuario repleto de estrellas.

Setién suele ser un técnico de inercias. En Las Palmas, por ejemplo, convivió con dos rachas opuestas: una  que hizo soñar con Europa y otra que rozó el descenso. Y en el Betis le pasó algo parecido. En su primera temporada, la gran recta final acabó con el premio del billete para la Europa League; pero, en la segunda campaña, no respondió a las expectativas ni en La Liga ni en Europa. En el Barcelona, por lo tanto, tendrá que responder a la exigencia de la regularidad con tal de ganarlo todo. Con solo jugar bonito no le valdrá en un club que demanda, ante todo, rehacerse de los varapalos de Liverpool y Roma y ganar la Champions.

Manuel Monfort Marzá
MotivaGoal
Twitter: @Manuelmonfort

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