La Copa y Yo

Por:  Diego Valdé

El año era 1986.  Yo tenía 9 años y la Copa del Mundo se jugaba en mi país: México.   Desde entonces yo ya era un apasionado del fútbol y tuve la gran suerte de asistir en persona a varios partidos de ese mágico mundial.  Entre ellos, la gran final en el Estadio Azteca entre la Argentina de Maradona contra la Alemania de Rummenigge y compañía.  

A pesar de ser solo un niño recuerdo muy claramente que yo apoyaba a Argentina porque tenían al mejor jugador del mundo, y además, se llamaba igual que yo.  El partido fue de altas emociones y se culminó con un gran pase de Diego que terminó en el gol de la victoria de Burruchaga.  Fue un momento inolvidable. 



Después del partido hubo grandes celebraciones y desde la grada pude presenciar cuando nuestro presidente de la nación le otorgaba la copa al gran Diego Maradona.   Ese verano la copa abandonó México, y al poco tiempo lo hice yo también.   

Veinticinco años más tarde por cuestiones de la vida acabé en Barcelona, una ciudad única ubicada en un país maravilloso.  Esta ciudad no solo tiene al mejor club de fútbol del planeta, sino que también acoge a muchos de los mejores futbolistas que el verano pasado llevaron a la selección española a ser campeona del mundo.  Al igual que toda España, yo vibré con el gol de Iniesta  y me emocioné cuando Casillas levanto el ansiado trofeo.  



Esta semana me enteré por casualidad de que la Copa iba estar expuesta por solo un par de días en el museo olímpico de la ciudad.   No lo dudé dos veces y me levanté temprano por la mañana para intentar volver a reencontrarme con el viejo trofeo.  Tras una larga espera, finalmente pude estar cara a cara con la Copa y recordar los lindos momentos que viví como niño en el Estadio Azteca y la gran alegría que disfruté el verano pasado apoyando a La Roja.  



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