La media ensaladera de Austin

Fidel Rubio

Foto © www.publico.es
El rojo y el amarillo de la selección española se empiezan a reflejar tímidamente en la Copa Davis de este año, caprichosa testigo de la eliminación en Austin, Texas, de Estados Unidos, los favoritos de la eliminatoria, ante un combinado que atesora talento y confianza a partes iguales. Las apuestas daban como favoritos a Mardy Fish y Andy Roddick en una superficie ideal para el juego saque-red de los americanos. Por si eso fuera poco, en los dobles esperaban los mejores jugadores de dobles del mundo, los hermanos Bryan.

Los pupilos de Albert Costa, sin la presencia del ahora número dos del mundo, Rafael Nadal, afrontaron la eliminatoria como si fueran ellos los que jugaban en territorio propio. Feliciano López empezó a encarrilar los cuartos con una victoria muy sufrida ante Mardy Fish en cinco apretados sets: 6-4, 3-6, 6-3, 6-7 (2) y 8-6. El toledano, capaz de lo mejor pero también de lo peor, esta vez no se dejó llevar por la dureza del encuentro y persistió hasta el último punto del partido. A pesar de desperdiciar dos match balls, supo esperar su oportunidad en la quinta manga para cerrar el encuentro.

Tras la derrota en dobles de Fernando Verdasco y Marcel Granollers -que sustituía a Feliciano- contra Mike y Bob Bryan, David Ferrer se convirtió en el gran artífice de la victoria final. Previamente había conseguido llevarse el segundo punto al vencer a Andy Roddick en tres sets, aunque lo mejor estaba por llegar. El de Jávea consiguió superar al número uno estadounidense, Mardy Fish, en el cuarto partido. Pero no fue nada fácil: 7-5, 7-6 (7-3), 5-7,  7-6 (7-5).

De esta forma, España consigue ganar por primera vez en territorio norteamericano y logra empatar a cinco la serie de enfrentamientos entre ambos países. En la penúltima ronda del campeonato espera la peligrosa Francia de Guy Forget. Los galos, que suman nueve ensaladeras, tienen a cuatro jugadores top 20, liderados por Monfils y Gasquet, número uno y dos respectivamente de su país. Sin embargo, la eliminatoria se jugará en suelo español, en septiembre. Será una buena ocasión para tomarse la revancha del año pasado, cuando Michael Lodra y Julián Benneteau apearon a los jugadores españoles de las semifinales de la Davis.

Más allá de haber conseguido el billete a otra ronda, la selección española ha dado un golpe de autoridad en territorio enemigo. Y lo más importante es que lo ha hecho sabiendo sufrir, síntoma inequívoco de madurez. Queda aún un largo camino por recorrer para proclamarse campeones, pero si el nivel exhibido ante los americanos se prolonga, la Copa de los Mosqueteros dejará la vergüenza inicial de lado y no tendrá reparos en mostrar cuáles son sus verdaderos colores.


Fidel Rubio
Traductor-intérprete y periodista
Carrera en Diario Metro, Diario 20 Minutos, Cadena COPE Barcelona, Radio Loca FM, y TV3
Facebook: Fidel Rubio Columé
Twitter: @Fidel_Rubio 


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